Desde el principio de los tiempos, los lunes han sido el enemigo del alma humana. Un día oscuro y despiadado que arranca a la gente de su descanso y la lanza a la rutina sin miramientos. Los lunes significan madrugar, volver a soportar comentarios de compañeros sobre lo que comes, recibir correos con «urgente» en el asunto y fingir que todo está bajo control.

«Ya no hay días buenos, Bart. Sólo días propicios.» Pero… algo ha cambiado.

¡Nace el «Lisa Lunes Lacasito»! El último lunes de cada mes habrá un lunes que desafía las normas. Un lunes donde el estrés se ahoga en alcohol y las responsabilidades del martes se ignoran hasta que tu jefa te diga «¿entras en videollamada?». Porque beber un lunes no es un acto de irresponsabilidad, es una necesidad.

Pero ¡OJO! que este plan puede cambiar de un mes a otro… Lo mismo el mes que viene es el «JoseJuevesJabalí» o quizás el «SábadoSobreSerpientes». Sólo lo sabrás 5 días antes… de ahí el plan misterioso.